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Barrio de los tiradores


El casco histórico de Cuenca se mantiene hasta el siglo XV como un recinto amurallado sin arrabales y con la mayoría de la población ocupada en la producción textil de paños de calidad. Debido al crecimiento de la población, esta comenzó a asentarse en los extramuros de la ciudad, en los alrededores de los ríos Júcar y Huécar. Surgió así el arrabal de Tiradores: un barrio periférico, fuera de la muralla y situado sobre la ladera del cerro Socorro, junto al río Huécar.

El barrio empezó a crecer poco a poco con la llegada de gentes humildes que se acercaban a la ciudad en busca de trabajo. Por ello, con la necesidad de atender a esta población, la Iglesia promovió el Cabildo de Santa Catalina del Monte Sinaí, con carácter hospitalario. En el año 1595 se construyó una iglesia por orden del obispo Juan Fernández Vadillo, actualmente conocida con el nombre de Cristo del Amparo.

A lo largo del siglo XIX, las actividades principales se desplazaron a la parte baja de la ciudad y la parta alta dejó de ser el centro económico y social, desplazándose este a la calle Carretería. Es entonces cuando los Tiradores sufren su época de mayor extensión espacial, limitada por su topografía y albergando a los obreros que fueron autoconstruyendo sus viviendas sobre las antiguas casas construidas durante siglos anteriores.

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