UN TROZO DE BARRO PARA UN JARDIN ESCONDIDO
En las ruinas de lo que una vez fue, existe un rincón vacío, un espacio alegal donde se trabaja desde la deconstrucción de sus signos a la construcción de otros nuevos. Una reflexión al material cerámico que aflora en este jardín escondido, lleno de barro y escombro como una forma autónoma de ser tan abstracta… Como la propia pintura.
En lo material existe un significado intrínseco en sí mismo, como los significados que ya le asignamos. Encontramos en ello una conexión con el espacio y los objetos cotidianos, a veces, encontrados, heredados, anónimos y llenos de palabras que evocan un lugar reconocible y cercano. Una realidad visible y sujeta a lo casual del momento, un conjunto armonioso sobre lo sencillo e íntimo.
Pero es el acto de mirar, el que arranca de ese sentimiento profundo un motivo aparentemente neutro que sirve para entender su artificio. Enfrentarse a esos objetos inertes, meditar sobre su belleza inherente y pasar una eternidad entregado a su plácida observación, a la espera de percibir ese significado que resiste en ellos.